sábado, 30 de enero de 2016

Masacre del aparato productivo. Ineptitud revolucionaria.

La Guerra Económica que la Revolución le endosa a la derecha y al imperio,  realmente  la lidera el grupito de revolucionarios que ha desgobernado en los últimos 17 años a Venezuela. Su táctica ha sido la destrucción total del capital y las riquezas para redistribuirlo principalmente entre su élite, su cogollo. Su estrategia, desaparecer las clases sociales para que todos seamos igualmente pobres y dependientes de la “benévola” mano misericordiosa del Supremo Líder de la Revolución, que solo pide fe y votos. Que todos estemos sometidos a lo que ellos quieran dar y a quienes se  lo quieran dar.

Es en ese marco ideológico que el desgobierno revolucionario ha expropiado, ocupado y confiscado centenares de empresas privadas y millones de hectáreas productivas para dejar a cambio hambre y devastación. Pero no solo acabó con el sector privado, sino que además, en su incapacidad de entender el sistema económico y funcionamiento del Estado, acabó con las empresas del Estado.

Por citar solo algunos ejemplos, traigo a colación el caso de Agroisleña que financiaba el 84% de la producción nacional con el suministro de semillas, fertilizantes y brindando capacitación a los productores y que tras ser tomada por el Gobierno en 2010, para convertirla en Agropatria, hoy en día quebrada, pasó a ser una empresa con una nómina inflada y escasa capacidad de servicio y suministro cuya recuperación supone al menos unos 3 años y varios millones de dólares. 

También expropiaron,  o mejor dicho, confiscaron 12 de los 16 centrales Azucareros que existen en el país y ¿Qué lograron con eso? Llevar a la ruina las industrias y desaparecer el azúcar de los anaqueles del consumidor final. 

Igual ocurre con las sardinas y el atún enlatado, rubros en los que el gobierno es dueño del 80% de la capacidad instalada de las envasadoras; y con la producción de harina de maíz precocida de la que el gobierno maneja el 70% de la capacidad de su producción; y con la leche, industria controlada en un 60% por el ejecutivo; y con el café donde el 80% de las torrefactoras son empresas socialistas y así podríamos seguir con largo etcétera. Llegamos a una conclusión elemental: Si el gobierno tiene el 75% de la producción de azúcar en sus manos, ¿A quién acusa de saboteo y acaparamiento de este producto? Acaban con la producción y acusan al imperio o a quien se les ocurra.

Entonces, ¿Dónde está la guerra económica? Lo que es real es  que todo lo que toca su equipo de desgobierno se arruina como una especie nefasta de Rey AntiMidas. 

Pero no solo arruinaron las empresas productivas, sino que tampoco le pusieron interés alguno a invertir y, mucho menos a hacer crecer el aparato productivo nacional. Por ejemplo, durante mi gestión como gobernador de Monagas dejé, en el Jardín de Oriente, Municipio Caripe, una torrefactora construida en un 90% y los recursos necesarios para concluirla, ponerla en marcha y dar créditos a productores de los municipios Caripe, Cedeño, Acosta y Piar del Estado Monagas y los municipios Freites del Estado Anzoátegui y Montes del Estado Sucre. Tres años después, los recursos desaparecieron y la torrefactora no se ha terminado. 

Es allí donde comienza el fracaso del modelo económico del socialismo del Siglo XXI. Hablaron de soberanía y seguridad agroalimentaria pero quedó en retórica. Realmente, éste es un principio estratégico para el progreso de cualquier país del mundo. 

Como hijo del campo, mi primera acción de gobierno en el 2004, fue diseñar una política agroindustrial para aprovechar y procesar toda la producción que brindan las extensas tierras fértiles de Monagas. Del campo a la mesa como producto terminado 100% nacional, 100% monaguense. 

Millones de bolívares fueron invertidos en la planta procesadora de Tomate ubicada en Caicara de Maturín (una de las más modernas de Latinoamérica), la cual entregué con capacidad de procesamiento de 660 toneladas diarias de tomate, con resultado de productos de altísima calidad a precios competitivos y con un beneficio social y económico para la región casi invaluable. 

Basados en un Plan Maestro de Zona Industrial en Caicara se construyó la calle principal con todos sus servicios para que allí se fueran instalando empresas tales como Planta Procesadora de Soya Saborizada, Centro de Mecanizado Pedro Camejo, Centro de Acopio de INSOPESCA, entre otros. También rescatamos la infraestructura abandonada del sistema de riego de más de 10 mil hectáreas y el sistema de silos que fueron construidos por el expresidente Carlos Andrés Pérez (1973-1979), activamos una empaquetadora de granos (caraota y frijol) y una planta de harina precocida. Financiamos a los productores, más de 120 tractores con sus implementos a tasas de interés por preferenciales y comenzamos el rescate de la vialidad agrícola.

De todo ese esfuerzo, que generó más de 15 mil empleos, progreso y mucha alegría quedó en el pasado como si un tornado lo hubiera acabado. La planta de tomate “La Caicareña” la quebraron, la saquearon y después de eso se la regalaron, hace unos días, a la empresa privada La Giralda.

Es indignante como destruyeron en 3 años lo que nos costó tantos años de lucha y sacrificio. Fue tal el auge agroindustrial de Monagas en aquel momento que el Intergaláctico en fecha 27 de enero del 2008, emitió un Decreto Presidencial nombrando a Caicara de Maturín Primer Distrito Agroindustrial del Oriente Venezolano. 

Hoy los pueblos del Estado Monagas son desiertos y la mayor producción que se mantiene es la de los malandros protegidos por los capos Diosdado Cabello, Hugo Carvajal y la bachaquera (culebra que está metida en una botella de alcohol o droga) de la gobernadora,  que la única estadística que subieron fue la de la inseguridad que en 2007 ubicaban a Monagas en el estado número 20 del país y hoy día Maturín ha pasado a ser la 5a ciudad más insegura del MUNDO y al estado Monagas el 2° más inseguro del país.

Este gobierno hipócrita habla de Guerra Económica cuando la única economía que les interesa que crezca es la de las empresas de los familiares y amigos del Capo Cabello, que importan con dólares preferenciales todo lo que consumimos los venezolanos y lo venden a las empresas del estado con un enorme sobreprecio. Bueno, esa y la industria del narcotráfico que se escapa de todo cálculo real para entender la enorme dimensión que ha alcanzado. 

Pero todo tiene un límite. Venezuela ya lo ha alcanzado. Es hora de rendir cuentas y de reconstruir el país. Vuelve la esperanza. Mientras tanto, seguiré aquí dando la pelea con lo único que me queda MI PLUMA y MI PALABRA

José Gregorio Briceño Torrealba

“El Gato” Briceño.

Twitter:
@josegbricenot

sábado, 23 de enero de 2016

La Habilitante disfrazada. Nicolás, se te ve el bojote. 17 AÑOS DE DESGOBIERNO/ 5 Habilitantes/ 270 LEYES/ DESASTRE ECONOMICO.

Si algo no podemos poner en duda los venezolanos es que Venezuela está sumida en una profunda crisis económica, lo que derivó en una profunda crisis financiera, de servicios públicos, hospitalaria, e incluso moral y de valores y con ello no me refiero precisamente al pueblo sino a quienes se esconden tras él para asegurar sus propios beneficios e intereses. 

En lo que definitivamente no estoy de acuerdo es en que la solución de los problemas del país sea la aprobación de un Decreto de Emergencia Económica, porque la crisis venezolana no es el resultado de una situación excepcional o inesperada, sino de una errada y reiterada política económica, equivocada, retrógrada y retardataria que durante 17 años ha causado daños estructurales al aparato económico y productivo de la Nación. Este Gobierno que encabeza, como heredero, Nicolás Maduro ha mostrado una total incapacidad para resolver los problemas del país lo cual, aunado al desequilibrio generado por la falta de controles e independencia de los poderes públicos nos tienen acorralados entre el hambre, la desidia y la corrupción. 

La terrible devaluación de la moneda, la inflación anualizada que el Banco Central de Venezuela ha reconocido que es superior a 140%, la caída del producto interno bruto de -7,1% son cifras que en un país tan rico como Venezuela solo pueden explicarse como un FRACASO ROTUNDO DEL MODELO ECONÓMICO IMPUESTO POR UN GOBIERNO HEGEMÓNICO DESPUÉS DE  17 AÑOS DE GOBIERNO, 5 HABILITANTES Y MÁS DE 270 LEYES, NORMAS, DECRETOS-LEY, CON CONTROL TOTAL Y ABSOLUTO DE LOS PODERES PÚBLICOS. En esa cantidad de documentos meticulosamente elaborados por todos los especialistas nacionales e internacionales en economía socialista que han contratado para  delinear la política económica del país ¿Ya no están registradas todas las líneas de acción?¿O son documentos vacíos de estrategias y son simplemente panfletos políticos de odio al capitalismo y prohibiciones innumerables a empresarios, comerciantes y productores?

Lo insólito, lo incomprensible  es la negación absoluta a ver y reconocer los errores además de  la insistencia de mantener al país por el mismo camino. Han tenido chance de cambiar políticas y por el contrario siguen rumbo al barranco y lo peor es que irremediablemente nos llevan con ellos. Ese discurso trasnochado y la estúpida creencia de que el Capitalismo es causa de situaciones sociales discriminatorias y que es la perdición del ser humano les tiene el cerebro fundido y no los deja entender la realidad de un ama de casa que con 10000 bolívares debe subsistir un mes cuando la canasta básica REAL, no imaginaria como la que ellos dicen, es de 90000 bolívares. Ni los ministros ni los funcionarios de mediano y alto nivel de poder sufren directamente las privaciones del venezolano común ante la espantosa escasez y más allá de eso,  los precios que deben pagar por algunos alimentos que nunca fueron considerados de lujo y ahora sí lo son. El día a día del ciudadano ha cambiado tanto por los controles de cambio, la inexistencia de divisas, las deudas con importadores, que no hay ya un detalle de la cotidianidad que no haya sido afectado por la debacle económica de nuestra patria. 

Los anuncios previos a la declaratoria de Emergencia Económica son realmente preocupantes. Primero designa como nuevo Ministro de Economía a un sociólogo comunista, que cree que la “inflación no existe en la vida real” y luego crea el Ministerio de Agricultura Urbana, ¿será que van a reactivar los gallineros verticales o los cultivos hidropónicos con el agua que tampoco tenemos? Los economistas deben estar ofendidos y los venezolanos indignados con la improvisación de este atajo de locos que no saben dónde están parados, pero aun así, ¡pretenden que se les otorgue mayor poder de intervención y control sobre la economía!

El Decreto de Emergencia Económica emitido por el Presidente de la República contiene, entre otras cosas, lo siguiente: “Disponer de los recursos provenientes de la economía presupuestaria del ejercicio económico financiero 2015, asignar recursos extraordinarios a proyectos previstos o no en la Ley de presupuestos a los órganos y entes de la administración pública, diseñar e implementar medidas especiales de aplicación inmediata para la reducción de la evasión y la alusión fiscal, dispensar de las modalidades y requisitos propios del régimen de contrataciones públicas a los órganos y entes contratantes en determinados sectores, disponer de los trámites, procedimientos y requisitos para la exportación y nacionalización de mercancía, dispensar de los trámites cambiarios establecidos por CENCOEX y por el Banco Central de Venezuela a órganos y entes del sector público y privado, requerir a empresas del sector público y privado incrementar sus niveles de producción”. Grotesco ese nivel de  falsedad, desparpajo y obscenidad realmente. Han tenido absolutamente todo el poder  para convertir a este país  descarrilado en uno productivo, próspero y en la cima del progreso y siguen pidiendo potestad para destruir lo mínimo que quede del aparato económico. Es que hasta da risa toda esa pataleta que hacen de buscar legitimidad en esa aprobación, porque ellos ni necesitan ese permiso, igualmente hacen lo que les viene en gana en la materia que sea. ¿El expresidente de CADIVI, Manuel Barroso pidió permiso o le impidió alguna ley que entregara 25000 millones de dólares a las empresas que su amo le indicara?

Ese Decreto de Emergencia Económica me hizo recordar el Decreto de Emergencia Eléctrica aprobado en febrero de 2.010 (Decreto Nº 7.228, publicado en GO Nº 39.363 del 8 de febrero de 2010), gracias al cual se robaron más 30.000 mil millones de dólares y mientras el sistema eléctrico nacional sigue colapsado.

En pocas palabras, el Presidente de la República está solicitando una nueva ley habilitante encubierta (pues no cuenta con los votos para que se la otorgaran) y así tratar de reducir las capacidades de control de la Asamblea y castrar su contundente y decidida acción. 

A este gobierno nada de eso le interesa los años que tiene el pueblo pasando calamidades, haciendo colas, y padeciendo la escasez. Para ellos es más importante mantener los acuerdos de geopolítica estratégica y seguir mandando casi a título de regalo, 120.000 barriles diarios de petróleo a los hermanos Castro. El Presidente no quiere resolver la crisis económica del país. Lo que realmente quiere es eludir la rendición pública de cuentas para sostenerse en el gobierno. Tal como lo demuestra la negativa de los ministros del Gabinete Económico a comparecer ante el Parlamento Nacional. Obviamente veremos que la línea de ataque será marcada por una matriz de opinión diciéndole al  pueblo que porque la Asamblea Nacional no les aprobó  el Decreto (Habilitante disfrazada) no tenemos comida, ni dólares, ni nada. Aun no entiende este grupo de inmorales que el pasado  6 de Diciembre los ciudadanos dijeron NO TE CREEMOS MÁS, ESTAMOS HARTOS

Es hora de poner en orden la casa, desempolvar la Constitución y empezar a aplicar los principios generales de la democracia y dejar de lado los atajos y excepciones que nos ofrece como mecanismos excepcionales para poder enrumbar el país hacia el progreso y la grandeza a la que estamos llamados por la gracia divina de la naturaleza. En ello la Asamblea Nacional, investida de legitimidad de origen, tiene un rol protagónico que no  puede delegar. 

Es hora de saber dónde se han invertido los millones de dólares que ingresaron al país en la bonanza petrolera, qué ha ocurrido con las múltiples empresas productivas expropiadas, con el Instituto de Tierras y la redistribución del campo y qué ha pasado con la industria petrolera nacional y las demás empresas básicas. 

Basta de guerras y conspiraciones virtuales porque la caída de los precios del petróleo son mundiales, no es una medida de bloqueo o sabotaje para Venezuela. Lo que pasa es que el Intergaláctico y sus herederos no supieron aplicar políticas de ahorro e inversión como sí lo han hechos otros países petroleros como Noruega que ahorro más de 800.000 mil millones de dólares por concepto petrolero.

Finalmente, no puedo despedir esta columna sin dejar de referirme a la canalla y cobarde campaña realizada a través de todas las redes sociales, durante  estos últimos días (justo después que anuncié mi regreso a la patria). Una campaña nada novedosa por cierto, dirigida y orquestada por el capo Diosdado Cabello, en donde se señala que mi esposa la detuvieron con 25 millones de dólares en EE.UU, utilizando el mismo montaje burdo que del año 2013. ¿Será que el Capo también está en emergencia de ideas? 

Para quienes no están empapados del tema, les aclaro que mi esposa jamás ha sido detenida en los EE.UU ni en ningún otro país del mundo y tiene visa americana vigente y otorgada por 10 años. Tampoco mi esposa está siendo requerida por la D.E.A. No se confunda señor Capo Cabello que a quien busca la DEA no es a mi esposa sino a Usted, por lo que no solo no podrá entrar a los EEUU el resto de su vida, sino que no podrá salir de Venezuela sin que le pongan los ganchos. 

Por el rescate del país, solidario frente a la crisis económica que se agudiza en 2016 y seguro de contar con un Parlamento a la altura de las circunstancias, sigo aquí, dando la pelea con lo único que me queda MI PLUMA y MI PALABRA. 

José Gregorio Briceño Torrealba

“El Gato” Briceño.

Twitter:
@josegbricenot