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Ex-alcalde, Constituyentista, ex-diputado AN, y ex-gobernador del Estado Monagas. Luchador incansable por el rescate de la democracia en mi patria VENEZUELA.

sábado, 26 de julio de 2025

MALTRATO A EDUCADORES-POLÍTICA DE ESTADO

"Los educadores se desprenden de todo cuanto tienen y cuánto saben, porque su misión es esa: dar"

                            Elena Poniatowska


Quien a estas alturas no sepa que el narcorégimen no da puntada sin dedal, es porque no conoce al monstruo que nos oprime, el maltrato y ataque permanente a toda la población y especialmente a los profesionales en Venezuela no es un hecho aislado; cada paso es una pieza clave en un rompecabezas mucho más grande que busca mantener al pueblo en la ignorancia y la desesperanza. 

No les conviene, están claros sobre la importancia de acallar y bloquear la construcción de una sociedad libre pensadora, por eso su política es crear un ambiente de miedo y opresión para desmotivar a los diferentes gremios. Los actores principales de la dictadura, herederos del traidor mayor, hoy felizmente difunto que ostentan un título universitario, lo han utilizado para destruir, desmantelar y hacer daño en todos los niveles de nuestra sociedad. 

Es una política de estado, la desgracia se sigue profundizando en contra de los funcionarios públicos venezolanos, especialmente nuestros educadores. La orden del “presidente obrero” Nicolás Maduro a su ministro de educación, Héctor Rodríguez de propinar una “buena dosis de patria revolucionaria” no es más que una directriz para pulverizar los derechos laborales y someter al pueblo a una ignorancia deliberada. Los casos son dantescos: el pasado 10 de junio, en el estado Monagas, 990 educadores fueron suspendidos, junto con sus salarios miserables que en muchos casos no superan los diez dólares mensuales, incluyendo bonos. Pero la cifra es aún más escalofriante a nivel nacional, con 8.000 educadores afectados solo en esa ocasión. Esta tragedia ya venía gestándose desde marzo de este año, cuando 48.000 educadores fueron suspendidos en todo el territorio nacional sin notificación alguna, violando flagrantemente todos los procedimientos administrativos y el debido proceso.

Miles de docentes fueron cesados en pleno proceso de jubilación, mientras disfrutaban de permisos médicos pre y postnatales o en medio de tratamientos por enfermedades graves. Discapacitados y aquellos con más de 37 años de servicio fueron víctimas de esta embestida inhumana. Esta no es una medida aislada, sino una clara política de Estado para profundizar la ignorancia del pueblo, sumiéndolo en el oscurantismo y la dependencia. Muchos venezolanos llevamos más de diez años denunciando cómo niegan presupuestos a las universidades autónomas con el objetivo de llevarlas a la ruina y al cierre total. Lo increíble es que todavía existan personas que salgan a votar por ellos; la ignorancia, sin duda, es atrevida, pero la complicidad es criminal.

La realidad es brutal, Venezuela está secuestrada por una narcotiranía que se ha atrincherado en el poder a través de la represión, la corrupción y el desmantelamiento sistemático de las instituciones. Este régimen lejos de velar por el bienestar de sus ciudadanos, utiliza la pobreza y la desesperanza como herramientas de control. La suspensión masiva de educadores es un ejemplo contundente de cómo el régimen busca anular cualquier voz crítica y perpetuar su dominio a través de la manipulación de la educación y el control de la información. No les interesa una ciudadanía pensante y libre, sino una masa dócil y dependiente que no cuestione sus atrocidades. La educación es el primer bastión a destruir para consolidar una dictadura y eso es precisamente lo que el chavismo ha hecho y sigue haciendo.

Está de anteojostos su plan, mientras la cúpula chavista y sus aliados se enriquecen con el narcotráfico el contrabando y el desvío de fondos, el pueblo venezolano, incluidos nuestros valientes educadores, sufre las consecuencias de una política económica criminal y una represión desmedida. La impunidad con la que actúan es un desafío a la comunidad internacional y a la conciencia de la humanidad. Es imperativo denunciar con vehemencia esta barbarie y exigir que los responsables de estos crímenes de lesa humanidad rindan cuentas ante la justicia internacional. Desde la cárcel del exilio les pido no permitir que el futuro de una nación se siga hipotecando por la ambición de un grupo criminal disfrazado de gobierno.

No me cabe la menor duda: estos delincuentes y crueles miserables que han sumido a Venezuela en la desesperación y la miseria, saldrán del poder con plomo, pólvora, drones y con los pies hacia adelante, no merecen otro destino. La historia juzgará su legado de destrucción y el pueblo venezolano, con la dignidad que le caracteriza, se levantará para recuperar su libertad y reconstruir un futuro de justicia y prosperidad. La resistencia no cesará hasta que la última huella de esta narcotiranía sea erradicada de nuestra tierra. Sin duda la lucha sigue, sin pausa y guiados por la fuerza de estar del lado correcto de la historia, no pararé hasta verlos derrotados enfrentandolos con mis acciones, MI PLUMA Y MI PALABRA 




José Gregorio Briceño Torrealba

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