América o el nuevo mundo como lo llamaban los descubridores, curiosos navegantes financiados por los imperios europeos, ha sido desde siempre un territorio codiciado por sus riquezas, extensión y sufrió un proceso de colonización bastante traumático pues a aquellos descubridores que se repartieron aquel paraíso desde Alaska hasta la Patagonia, poco les importaban aquellas personas que habitaban allí, su objetivo era apropiarse de aquello y no se ocuparon de evaluar la organización social de aquellas poblaciones, legandoles y obligandolos a someterse a sus monarquías. Desde entonces el nuevo mundo luchó por independizarse y hasta nuestros días mantiene esa batalla, con aciertos y virtudes los pueblos han obtenido logros libertarios por periodos sin lograr aún 530 años después, a mi criterio, una verdadera madurez política. Nos acostumbraron a las dádivas y los ofrecimientos populistas y mentirosos han sido favorecidos por mucho tiempo empobreciendo y lo que es peor permitiendo llegar a lo que hemos llegado, una región sin evolución sociopolítica, sometida por el comunismo en su versión moderna, el narcocomunismo.
En nuestra actualidad, estos ratos de democracia han hecho crecer económicamente los países aunque lo quieran negar los procomunistas, en esa búsqueda de la estable madurez democrática observo con particular alegría los últimos acontecimientos de América latina, el caso del disparate de Pedro Castillo, hasta hace unos días presidente de Perú, la sentencia de cárcel e inhabilitación política permanente de Cristina Fernández de Kirckner y la baja popularidad del recién electo presidente de Chile, Gabriel Boric Font todos oferentes de falsa justicia social endulzada con programas hambreadores .
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador aliado de este jet set de creadores de miseria culpó a las élites económicas y políticas del Perú de haber propiciado la caída del exmandatario izquierdista Pedro Castillo. El presidente de Colombia, Gustavo Petro otro del clan la calificó como una gran derrota y no podía faltar el pronunciamiento de los inefables, de los campeones de la destruccion, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
Si analizamos la narrativa de los izquierdistas narcotraficantes vemos que es idéntica, un discurso copiado, calcado de sus amos e instructores de la debacle de repiten como loros: la derecha, las élites, el imperio, los oligarcas y pare de contar.
Definitivamente para que la América latina retome la senda de la prosperidad, recuerde los avances en productividad y bienestar tendrá impostergablemente que liberarse de esa peste narcocomunista que tanto daño le sigue haciendo a la humanidad, la demagogia, el populismo.
Pedro Castillo da un golpe de estado y los antes mencionados salen a defenderlo al unísono y justicar lo injustificable, son tan caraduras y cinicos que nos les importa la democracia, sino sus proyectos ejemonicos y personales.
Son de los que creo que hay irlos sacando de cualquier forma para evitar males mayores, el ejército, las instituciones de Perú dieron
el ejemplo, la justicia Argentina dió a demostrar la fortaleza institucional y Chile derrotó a su presidente recién electo con el referéndum para la nueva Constitución. Me entra de nuevo un fresquito, desde la cárcel del exilio, pues soplan vientos de cambio y en Venezuela más temprano que tarde los tumbaremos de cualquier forma, seguramente serán sorprendidos y no les va a dar tiempo ni siquiera de orinarse y el pueblo les aplicará la justicia con sus propias manos.
Mi empeño y pasión es enfrentarlos sin tregua, cada segundo los fustigo, en casa rincón los ataco y desprecio, con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
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