Informacion

Ex-alcalde, Constituyentista, ex-diputado AN, y ex-gobernador del Estado Monagas. Luchador incansable por el rescate de la democracia en mi patria VENEZUELA.

sábado, 30 de agosto de 2025

PATRIOTAS COOPERANTES HAN CANTADO- CAPOS DELATADOS


El escenario que estamos presenciando en mi país es el resultado de la búsqueda incansable que han hecho un ejército de víctimas y aliados a nuestra causa, de rescatar la democracia, mostrando pruebas del abuso sistemático contra los venezolanos para demostrar la verdad que ha sido desdibujada con un sinfín de mentiras fabricadas segundo a segundo por el traidor mayor, hoy felizmente difunto, y sus degenerados herederos. 

Hoy, gracias a ese trabajo sin desmayo de tanta gente que no ha perdido la confianza en la justicia, vemos emocionados  la decadencia de un poder que durante años ha oprimido a nuestra gente, a nosotros, los 9 millones que estamos en el exilio y a los que aún permanecen dentro del país. Estamos viendo con el asombro del que aún no lo cree, cómo un régimen que se presenta siempre como invulnerable, empoderado, está en realidad, en su agonía, sus últimos respiros. Y es que las revelaciones de sus antiguos aliados cambian la imagen de fortaleza que han intentado construir, dejando al descubierto el ya consabido entramado de corrupción y complicidad que ha destruido la vida de millones. A medida que estos testimonios se han sumado, se revela la fragilidad de un "liderazgo" que se soportaba en complicidad a cambio de beneficios del poder mientras que, desde hace años, sus propios compinches se convierten en delatores. Llegó el momento en el que las pruebas, la constancia y la fuerza de la verdad desenmascaran a esta banda delictiva que ha mantenido a flote a un gobierno en crisis. Ya no tienen ni siquiera fuerza política para manipular al pueblo, está bueno ya de pedirle solidaridad y al mismo tiempo oprimirlo sin compasión. 

El llamado que hizo la semana pasada el capo de Nicolás Maduro al pueblo venezolano de “alistarse para defender la patria” no tuvo eco y fue tan cínico que afirmó que había sido un gran éxito el llamado del alistamiento de los milicianos, pero fue tan evidente el fracaso que los cuarteles y las plazas Bolívar estaban desérticas y tuvo que volver hacer el llamado este fin de semana.

No le quedó otra salida que enarbolar un nacionalismo tan falso que no se lo cree ni él mismo, recordemos que es colombiano, no es más que una narrativa desesperada de cazabobos. Los que ejercemos la función de columnistas de opinión y manejamos las redes sociales con audiencias de cientos de miles de seguidores, tenemos el deber patriótico y ético de desmontar esta farsa con objetividad, rigor y mucha pedagogía.

La justicia internacional ha ido cerrando meticulosamente el cerco sobre el régimen de Maduro y aquí viene lo más devastador para su credibilidad: las pruebas más contundentes no han venido de la oposición política, sino de sus propios colaboradores más cercanos, de quienes fueron su círculo íntimo de confianza.

La lista de traidores o mejor dicho, de quienes finalmente dijeron la verdad es inmensa, abrumadora y demoledora. Vale la pena destacar que estos delatores han dicho la verdad contra el régimen pues en sus fechorías fueron atrapados por la justicia, algunos de ellos son:

Los sobrinos delatores: Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, sangre de su sangre, lo delataron sin piedad. Fueron sentenciados a 18 años por tráfico de drogas en Estados Unidos el 14 de diciembre de 2017, aunque solo cumplieron 6 años y 11 meses de cárcel. El mensaje fue claro: hablar tiene sus beneficios.

Alex Saab, el testaferro cantor: Su socio clave y testaferro entregó evidencias que los vinculan directamente con el narcotráfico. El hombre que maneja las finanzas sucias del régimen decidió salvar su pellejo contando todo lo que sabía. Por cierto, son tan ilusos de su lealtad, que ahora mismo es ministro de la dictadura.

Leamsy Salazar, el guardaespalda confesor: El exguardaespalda de Hugo Chávez quien conocía los secretos más íntimos del poder chavista, aportó su testimonio demoledor ante la justicia estadounidense.

Alejandro “el tuerto” Andrade quien pasó de ser guardaespaldas de Hugo Chávez a poseer decenas de casas, autos, caballos y relojes de lujo. Fue tesorero nacional y fue condenado en Estados Unidos a 10 años de cárcel por lavado de dinero, obviamente una pena rebajada por la maravillosa información que facilitó.

El general Rafael Isea, ministro, gobernador, diputado de Chávez  se convirtió en un testigo protegido de la DEA estadounidense cuando comenzó a proveer de información sobre el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales.

El general que cantó : Cliver Antonio Alcalá Cordones, quien fue edecán de Chávez y pieza clave del engranaje militar, confesó ante la justicia americana y fue sentenciado a 21 años de cárcel .Cuando los generales hablan, el régimen tiembla.

Pero quien terminó de hundir definitivamente la nave con pruebas irrefutables fue el propio "socio mayoritario": Hugo “El Pollo” Carvajal Barrios, ex jefe de inteligencia militar venezolana. El pasado 25 de junio se declaró culpable por narcoterrorismo y su sentencia será dictada el 29 de octubre de este año. Esperamos que sea cadena perpetua.

Este personaje tiene un lugar especial en mi historia personal. Fue uno de los responsables de hacer sufrir a mi amada madre durante varios meses, colocándole patrullas al frente de su casa y haciéndole llamadas telefónicas de terror después de mi salida del país el 17 de diciembre de 2012. La misma persecución la aplicó contra mi hermano, quien ejercía como alcalde hasta 2013. Que ahora sea él quien los delate tiene un sabor agridulce: justicia poética en su máxima expresión.

Ante este alud devastador de testimonios y evidencias que brotan desde el mismísimo corazón del chavismo, la pregunta es inevitable e incómoda: ¿Cómo puede aún haber ciudadanos que, con toda esta información disponible, sigan defendiendo y apoyando a una estructura criminal acusada de narcoterrorismo?

No hablamos de rumores de pasillo o teorías conspirativas de la oposición. Hablamos de confesiones bajo juramento de quienes fueron sus colaboradores más cercanos, de quienes conocían cada detalle de la operación criminal.

La lealtad política es comprensible, incluso respetable en muchos casos. Pero la ignorancia voluntaria frente a hechos comprobados es otra cosa muy distinta: es complicidad moral. Es increíblemente atrevido, por no decir patético, vil, seguir negando una realidad que hasta sus más allegados colaboradores se han encargado de exponer ante tribunales internacionales.

Señores, desde la cárcel del exilio pienso y analizo que quienes aún defienden lo indefendible no son víctimas de la desinformación: son cómplices conscientes de un proyecto criminal que ya no puede esconderse detrás de discursos patrióticos vacíos, con mucha razón los denominan, los gorgojeros.

El nacionalismo de cartón de Maduro se desmorona cuando son sus propios generales, sobrinos, testaferros y guardaespaldas quienes cantan la verdad ante la justicia. No hay spin mediático que pueda tapar esta realidad: el Madurismo es un proyecto criminal desenmascarado por sus propios protagonistas.

La historia los juzgará pero mientras tanto, los ciudadanos de bien tenemos el deber de llamar a las cosas por su nombre: crimen organizado disfrazado de revolución, narcoterrorismo maquillado de patriotismo.

La verdad siempre sale a la luz, especialmente cuando son los propios criminales quienes la confiesan, haberlos declarado organización de tráfico de drogas internacional e identificado a los cabecillas era la formalidad necesaria para que junto con esas pruebas irrefutables exista la justificación de atacarlos hasta exterminarlos.

No hay vuelta atrás, ni hay chance para detenernos en la opinión de irresponsables antipatria, seguimos sin pausa y apoyado en MI PLUMA Y MI PALABRA 



José Gregorio Briceño Torrealba

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sábado, 23 de agosto de 2025

POR LOS CUATRO COSTADOS - NO TIENEN ESCAPATORIA


Definitivamente la estabilidad y la perdurabilidad de un sistema de gobierno dependen de su capacidad para aceptar y gestionar las diferencias, la diversidad de opiniones y la disidencia.  Es justo reconocer y aprender después de más de 2 décadas de dictadura pura y salvaje, que los partidos políticos se esmeran solamente en promover  la polarización y la intolerancia, es su objetivo, por eso, como parte del examen de conciencia que hago pensando en cómo lograr formas de gobierno que promuevan la inclusión, la tolerancia y el respeto por la discrepancia, busco ese equilibrio.   

Para América Latina es urgente especialmente el logro de un sistema que se sostenga en el tiempo, debe ser capaz de absorber y procesar las críticas y las objeciones, sin caer en la imposición ni en la persecución de quienes piensan diferente, Durante los últimos 20 años hemos visto como la mayoría de los países de nuestra región han tenido un sinfín de intermitencias entre los intentos de comunismo y la democracia, siendo Cuba, Nicaragua y Venezuela los que llegaron a profundizar el más perverso de los sistemas de gobierno basado en la represión la barbarie, el malvivir y la destrucción. Solo así podremos construir una sociedad más parecida a los países del norte de Europa con una gestión más justa, más equitativa y más perdurable, lo que le genera estabilidad de todo tipo a su sociedad, estaría nuestra gente mucho más tranquila para invertir, para estudiar, para hacer una vida sin sobresaltos extraordinarios como los  que vive cada venezolano aquí desde hace mucho tiempo, ya que sólo le preocupa sobrevivir. Reflexiono sobre esto visto que nuestros vecinos países aliados del narcoterrorismo ven suficientes señales de que sus socios están peor de lo que ellos pensaban, que de un día para otro parecen no estar tan alineados con tanta barbarie. 

Llegan momentos en los que prefieren marcar distancia y evitar ser metidos en el mismo saco por los organismos internacionales y no quieren verse involucrados en los mega chanchullos de esta saga heredera del traidor mayor, hoy felizmente difunto. 

En el caso de nuestros vecinos más fraternos, no hay lugar a dudas de que el ex guerrillero y actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, se ha convertido en uno de los principales aliados políticos del narcoterrorista Nicolás Maduro, pero por lo que vemos, es de la boca para afuera. En estos días una jugada de este parásito bueno para nada sorprendió a propios y extraños, ya que Petro afirmó recientemente que varios grupos de la guerrilla colombiana están operando dentro de Venezuela con la complicidad de quienes hoy usurpan el poder en Caracas. Se trata de una declaración contundente que deja al descubierto, una vez más, la podredumbre del narcoregimen chavista y la red criminal que mantiene secuestrada a nuestra amada Venezuela.

La noche del pasado martes, durante una reunión del Consejo de Ministros en Bogotá, Petro insistió en su denuncia sobre la presencia activa de la Segunda Marquetalia y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en territorio venezolano. En un tono inusual para quien ha tendido puentes con el chavismo, señaló: “Diosdado dice que en Venezuela no están, sí están. Lo que he hecho es invitarlos a sacarlos, coordinando”. Con estas palabras, el presidente colombiano desmintió directamente al narcocapo ministro de represión y asesinatos, Diosdado Cabello, quien horas antes había intentado desestimar las acusaciones asegurando que “nuestras fronteras están resguardadas al extremo” vaya que ironía.

Pero Petro fue más allá. En un gesto que podría interpretarse como presión política, habló de una eventual salida de Nicolás Maduro del poder: “Yo voy a pasar aquí, Maduro va a pasar, cualquiera que sea el año, El mío está fijado por la Constitución, nosotros nos vamos el 6 de agosto, el 7 ya salimos de aquí”. Aunque ambiguas, estas frases han sido interpretadas como un reconocimiento de que la narcotiranía atraviesa un ciclo de desgaste que tarde o temprano llegará a su fin.

Mientras tanto, esa misma noche del martes, un hecho inusual encendió las alarmas en Venezuela y generó especulación política y militar. El avión presidencial de Nicolás Maduro, matrícula VCV3502 de Conviasa, despegó con destino a La Habana, Cuba, pero tras realizar un extraño recorrido en círculos terminó regresando inesperadamente al Aeropuerto Internacional de Maiquetía.

El incidente monitoreado por observadores de tráfico aéreo, abrió de inmediato un abanico de interrogantes: ¿Se arrepintió Maduro en pleno vuelo? ¿La aeronave fue obligada a retornar por protocolos de seguridad? ¿Se trató de una prueba de radares por parte del Comando Sur de Estados Unidos? La falta de información oficial no hizo sino alimentar las teorías. Algunos analistas lo interpretan como una maniobra de seguridad ante el temor de un ataque o una interceptación; otros lo asocian con el creciente cerco diplomático y militar que enfrenta la narcotirania en el plano internacional.

Lo cierto es que la coincidencia entre las declaraciones de Petro y el extraño episodio del avión presidencial deja claro que el tablero político de la región se está moviendo. El chavismo, pese a sus intentos de mostrarse sólido, atraviesa una etapa de incertidumbre que combina presiones externas, fracturas internas y un rechazo popular inocultable.

Desde la cárcel del exilio estoy convencido de que la historia enseña que los regímenes autoritarios suelen desmoronarse cuando menos se espera. Y aunque nadie puede predecir la fecha exacta, lo que sí está claro es que Venezuela está viviendo un reacomodo de fuerzas que, en última instancia, podría abrir la puerta a un nuevo ciclo político. Lo importante es que, poco a poco, comienzan a suceder cosas que juegan a favor de la libertad.

Como todo comunista sus incoherencias nunca faltan, la semana pasada Petro afirmó que Maduro tendría el apoyo militar de Colombia en caso de una intervención militar de los EE.UU en Venezuela pero, son más los hechos de rechazo hacia su pana cucuteño ya que el ministro de Interior colombiano, Armando Benedetti, negó este miércoles que exista algún tipo de acuerdo de cooperación militar con el régimen de Nicolás Maduro y Petro no ha abierto la boca.

Durante una comparecencia de control político en la Comisión de Ordenamiento Territorial del Congreso, Benedetti fue enfático: "Quiero dejar claro (...) aquí no hay nada, ningún acuerdo militar. Ni siquiera de cooperación conjunta militar. No hay absolutamente rastro de que haya evidencia de que eso sucede". El culillo es libre, dejaron solo al capo de Maduro y su pandilla.

Paralelamente a todo esto sabemos que la movilización militar de los EE.UU hacia las costas venezolanas tiene un costo muy elevado para la economía de los Estados Unidos de Norteamérica y soy de los venezolanos que cree ciegamente que no se derrocha ese costo para ejercer amedrentamiento, los tumbarán y atraparán de cualquier forma o salen con los pies hacia delante, será cuestión de tiempo y paciencia.

Esta partida de ajedrez tiene al narcochavismo amenazado por los cuatro costados, falta poco para el jaque mate  que nos traiga la libertad y la alegría de poder reconstruir nuestro terruño amado.

Sin bajar la guardia ni dar todo por hecho seguimos, sin pausa atacandolos y haciendo lo posible por arrancarlos del poder con acciones y con MI PLUMA Y MI PALABRA.


José Gregorio Briceño Torrealba

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sábado, 16 de agosto de 2025

POR AIRE, MAR Y TIERRA-  EL FIN DEL CARTEL DE LOS SOLES 

¿Creen ustedes estimados lectores que hemos estado antes más cerca de la desesperanza total?, es cierto que sentimos que la incredulidad y los fracasos anteriores parecen haber agotado todas las posibilidades de lograr la salida de los herederos del traidor mayor, hoy felizmente difunto y la liberación de Venezuela; por todo esto me surge una pregunta fundamental que sacude todo ese pesar: ¿puede esta catástrofe ser a la vez causa y detonante de un cambio profundo? Creo en eso. Hemos denunciado hasta el cansancio que se trata de una organización criminal trasnacional y actualmente luego de este reconocimiento oficial de que se trata de una organización criminal trasnacional, será lo que marque el comienzo de una nueva etapa en la lucha contra este narcorégimen usurpador del poder.

Pero no solo las circunstancias han cambiado, también nosotros hemos cambiado; los que hemos padecido la opresión, hemos caído tantas veces que estamos más fuertes, hemos crecido, hemos aprendido y hemos encontrado nuevas formas de resistencia, de denuncia con propósito. Ya no somos los mismos que éramos ayer, y eso nos da una nueva perspectiva, una nueva fuerza y una nueva determinación.  La verdad que nos mantiene de pie es que la opción que tenemos si abandonamos, es perder la patria para siempre y eso no es realmente una opción. 

El pasado martes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha lanzado una de las declaraciones más contundentes contra el régimen de Nicolás Maduro desde que asumió el cargo. En una entrevista radial que marca un claro cambio de tono en la política exterior estadounidense, Rubio no solo calificó al gobierno venezolano como una dictadura, sino que fue más allá: lo definió como un cartel narcoterrorista que debe ser enfrentado con algo más que recompensas.

Las palabras de Rubio no son mera retórica política, reflejan una realidad que muchos analistas han señalado durante años: Venezuela bajo Maduro ha dejado de ser un estado fallido para convertirse en un narcoestado controlado por organizaciones criminales. Hay que tratarlos como lo que son,  no es un gobierno, ni una dictadura en sí misma, sino un cártel de la droga.

Esta caracterización no es cualquier vaina desde mi punto de vista, es fundamental porque implica un cambio radical en el enfoque diplomático. Ya no estamos hablando de negociar con un gobierno autoritario, sino de enfrentar una organización criminal trasnacional que ha secuestrado un territorio soberano para sus operaciones ilícitas y nos abre un abanico de esperanzas a los venezolanos.

Rubio fue específico al identificar al Cartel de los Soles como la estructura que realmente controla Venezuela. Esta organización, dirigida por altos mandos militares, ha transformado las instituciones del Estado en herramientas del narcotráfico. Maduro es el jefe de una organización logística dedicada al tráfico de drogas, explicó el funcionario estadounidense, añadiendo que básicamente permiten a los narcotraficantes no solo transportar drogas a través de Venezuela, sino hacerlo utilizando instalaciones militares.

Esta descripción revela la magnitud de la corrupción institucional en Venezuela. No se trata de funcionarios corruptos que facilitan el tráfico de drogas; es todo el aparato estatal venezolano funcionando como una empresa criminal. Puedo afirmar cómo el hermano de Diosdado Cabello (José David) designa a los jefes de los aeropuertos, puertos, bases militares y fronteras venezolanas para facilitar el tráfico del narcotráfico internacional y son hasta descarados y ahora están asustados.

Venezuela se ha convertido en el epicentro de una red criminal que abarca todo el hemisferio occidental. Desde el territorio venezolano se coordinan operaciones que llevan drogas y violencia desde Suramérica hasta Estados Unidos, pasando por Centroamérica y México.

El impacto directo de esta situación en Estados Unidos. Están inundando con veneno (Drogas) todos los días, destruyendo vidas estadounidenses, destrozando familias y arrasando comunidades, esa fue la estrategia de Fidel Castro, es el teórico de la ética revolucionaria narcotraficante: venderle el perico con el que se envenenan los gringos, recibiendo a cambio el dinero con el que financiarás el combate contra los gringos. Una teoría perversamente inteligente, dicho sea de paso, porque era una de esas cosas de Fidel, donde se sustenta una maldad con un fin noble según su visión retorcida. En este caso, el fin noble es la destrucción de los EEUU. La maldad no es tan mala si persigue un fin “revolucionario”.

Las palabras de Marco Rubio marcan un punto de inflexión en la percepción internacional del régimen de Maduro. Ya no se trata solo de denunciar violaciones a los derechos humanos o irregularidades electorales, sino de reconocer que Venezuela ha sido capturada por organizaciones criminales que representan una amenaza directa a la seguridad hemisférica.

El gobierno de Estados Unidos no está diciendo sólo palabras en voz alta, estas están acompañadas de hechos, justamente en esta semana ha hecho un despliegue excepcional de 4.000 infantes de Marina y marineros en las aguas que rodean América Latina y el Caribe como parte de una iniciativa intensificada para combatir los cárteles de la droga. 

La pregunta ahora es si esta nueva caracterización o nombre apropiado según la realidad a esa banda de narcotraficantes se traducirá en acciones concretas y si la comunidad internacional estará dispuesta a acompañar a Estados Unidos en un enfoque más agresivo contra la narcotirania venezolana. Lo que es claro es que, según el diagnóstico de Rubio, las medidas tradicionales han fracasado y es hora de enfrentar al régimen de Maduro como lo que realmente es: una organización criminal trasnacional que ha secuestrado un país entero. Desde la cárcel del exilio no me cansaré de escribirlo: es la oportunidad histórica de que Venezuela sea libre y debemos de apoyar todas las acciones y decisiones del gobierno americano entre ellas, la intervención militar. No lo vean como un simple deseo de alguien que está desesperado por liberar a nuestra patria, entiéndanlo como una necesidad real que debe convertirse en un hecho concreto. Hermanos venezolanos, se vislumbra allí cerquita, por aire, mar y tierra se está gestando la libertad, para regresar y construir condiciones para la prosperidad de todos, seguimos en la tarea, sin desmayar, sin pausa y con MI PLUMA Y MI PALABRA  



José Gregorio Briceño Torrealba

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sábado, 9 de agosto de 2025

DROGAS Y TERRORISMO : EL NARCOESTADO CHAVISTA

Es bien sabido que en la actualidad vivimos en un mundo donde todo está conectado, lo que sucede en un país puede impactar rápidamente a sus vecinos y más allá; si durante los años en los que se dieron los movimientos de independencia en nuestra América   rápidamente se propagó la información y se generó el efecto dominó sin tener medios de comunicación como los de hoy en día, obviamente en el presente al segundo nos informamos de todo lo que está sucediendo al otro lado del planeta. Venezuela es un claro ejemplo de esto, lo que comenzó como un problema interno ha crecido hasta convertirse en una amenaza real para la estabilidad de toda la región. La situación se ha vuelto crítica, con un gobierno que ha militarizado la política y ha forjado lazos con los más nefastos grupos criminales, lo que ha llevado a más de 9 millones de personas a huir en busca de una vida mejor. Esto no es solo una crisis humanitaria; es un desafío que afecta a todos, desde la economía hasta la seguridad en países cercanos. La razón de ser de estos escritos que hago semana a semana no es informar que descubrí la pólvora, sino una invitación permanente y repetitiva a mirar de cerca lo que está pasando y a entender por qué es tan urgente actuar ante esta realidad, para así proteger el futuro de toda América Latina. La plaga conformada por el traidor mayor, hoy felizmente difunto, los chulos del Caribe-léase los hermanos Castro Ruz-, y los herederos que hoy usurpan y secuestran el poder, debe ser sacada de cuajo como decimos popularmente, desde la raíz porque ya estamos sufriendo las consecuencias de haber minimizado la importancia o el nivel de malandraje que lograron exportar estas lacras.

La reciente Conferencia de Líderes de Infanterías de Marina de las Américas (MLAC) 2025, celebrada esta semana en Washington DC, ha puesto sobre la mesa una realidad que ya no puede ignorarse: Venezuela se ha convertido en una amenaza tangible para la estabilidad regional. Las declaraciones del teniente general Leonard F. Anderson, comandante de la Fuerza Sur de la Infantería de Marina de Estados Unidos, no dejan lugar a dudas sobre la percepción que tiene la comunidad internacional del narcorégimen de Nicolás Maduro.

“Estoy seguro que los países vecinos de Venezuela verían al Ejército venezolano como una amenaza en la región, no es una nación estable” declaró Anderson desde la capital estadounidense. Estas palabras, pronunciadas ante representantes de más de veinte naciones de las Américas y otras regiones, confirman lo que muchos analistas han venido señalando durante años: la narcotirania venezolana representa un peligro latente para la paz hemisférica.

La conferencia MLAC 2025 no es un evento menor. Se trata de un foro donde se discuten los temas más críticos de seguridad y cooperación naval en la región y que Venezuela sea señalada específicamente como una amenaza regional habla de la gravedad de la situación actual.

El narcoregimen de Maduro ha convertido la desestabilización regional en una verdadera política de Estado. La crisis migratoria venezolana que ha expulsado a más de 9 millones de hermanos, ha generado presiones extraordinarias sobre los sistemas de salud, educación y seguridad de países vecinos como Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Esta diáspora forzada no es un fenómeno natural, sino el resultado directo de las políticas represivas y la destrucción sistemática de la economía venezolana.

Pero la amenaza va más allá de la crisis humanitaria. El régimen venezolano ha establecido vínculos documentados con grupos criminales transnacionales, incluyendo carteles de drogas colombianos y redes de tráfico de armas. La transformación de Venezuela en un narcoestado ha creado un corredor criminal que afecta toda la región, facilitando el tránsito de drogas hacia Estados Unidos y Europa, mientras genera violencia y corrupción en su paso.

Las Fuerzas Armadas venezolanas, otrora profesionales y respetadas, han sido transformadas en el brazo armado del partido PSUV.

El régimen ha polarizado a la sociedad venezolana, creando grupos paramilitares como los “colectivos” que operan con impunidad tanto dentro como fuera de las fronteras nacionales.

Esta militarización se extiende a la política exterior venezolana. El régimen ha utilizado sus fuerzas militares para realizar provocaciones en las fronteras con Colombia y Guyana, ha enviado asesores militares a países aliados como Nicaragua y Cuba y ha establecido bases de operaciones que sirven como plataformas para actividades desestabilizadoras en toda la región.

La amenaza de la tiranía venezolana se amplifica por sus alianzas con otros regímenes autoritarios. La presencia militar rusa en territorio venezolano, incluyendo bombarderos estratégicos y asesores militares, convierte a Venezuela en una plataforma para la proyección de poder extra-hemisférico que desafía directamente la estabilidad regional y los intereses de seguridad hemisférica.

Igualmente preocupante es la creciente presencia de china en Venezuela, no solo en términos económicos sino también en capacidades de vigilancia y control social que pueden ser exportadas a otros países de la región. Esta transferencia de tecnología represiva representa una amenaza a largo plazo para la democracia en las Américas.

Las declaraciones del teniente general Anderson en la conferencia MLAC 2025 reflejan un consenso creciente en la comunidad internacional sobre la necesidad de abordar la amenaza venezolana de manera coordinada y decidida. Ya no se trata simplemente de una crisis interna venezolana, sino de un problema de seguridad hemisférica que requiere una respuesta multilateral.

La estabilidad regional depende de que la comunidad internacional reconozca la realidad de la amenaza que representa la narcotiranía venezolana y actúe en consecuencia. El régimen de Maduro no solo ha destruido a Venezuela desde adentro, sino que ha convertido al país en una plataforma para la desestabilización regional.

La conferencia de Washington DC debe servir como punto de partida para una estrategia regional coordinada que aborde no sólo los síntomas de la crisis venezolana, sino sus causas estructurales. La amenaza que representa la narcotiranía de Maduro para la estabilidad hemisférica exige una respuesta proporcional y sostenida de parte de todas las democracias de la región.

No hay mucho que  analizar desde la cárcel del exilio, el reconocimiento oficial por parte de la Marina de Estados Unidos de que Venezuela representa una amenaza regional marca un punto de inflexión importante, no hay otra opción  para la comunidad internacional que actuar con la urgencia que esta amenaza merece, antes de que la desestabilización venezolana alcance un punto de no retorno para toda la región.

Saben ustedes queridos lectores que soy de los venezolanos que levanto las dos manos por una intervención muy puntual (QUIRÚRGICA) para liberar a Venezuela y deje de ser el eje del mal, destruyendo a las nuevas generaciones con las drogas y una amenaza para el hemisferio; ahora más que nunca  luego de que se aumentara en estas últimas horas  a  50 millones de dólares por la captura de Nicolás Maduro, quien desplazó a jefes terroristas y del narcotráfico en la lista de los más buscados por EEUU

Según el medio InfoBae la cifra, inédita en el programa “Rewards for Justice”, refuerza la postura de Washington al considerar al dictador venezolano una prioridad estratégica en el combate a redes criminales internacionales.  Para luego, es tarde, les acompaño en todo lo que haga falta para arrancarlos, desaparecerlos y comenzar con la resiembra, sanear los campos, las fábricas, la infraestructura de un país que tiene para aportar a la región mucho más y mejores cosas que esa escoria que lamentablemente aún nos oprime. Falta menos, seguimos sin pausa y muchos brios con mi PLUMA Y MI PALABRA 



José Gregorio Briceño Torrealba

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sábado, 2 de agosto de 2025

CUENTA REGRESIVA PARA EL CARTEL DE LOS SOLES - ATENTOS CAPOS MADURO Y CABELLO

Este indeseable narcorégimen que oprime a mi país, se siente tan sobrado, que jamás ha considerado que su suerte puede cambiar de la noche a la mañana, sobre todo cuando se profundiza la investigación y se descubren las conexiones turbias entre los que están en el poder y el crímen organizado. A veces nos desesperamos por la lentitud en la acción hacia la salida de esta plaga, pero no han sido en vano las declaraciones y testificaciones de sus cómplices que han sido detenidos o de algunos otros que se han entregado a las autoridades internacionales, cada vez más las piezas de este rompecabezas maligno están encajando y todas coinciden señalando a los cabecillas de esta lamentable planificación de la destrucción de un país para beneficiarse solo ellos, ideada desde la mente desquiciada y ambiciosa de los parásitos del Caribe, los Castro Ruz, ejecutada por el traidor mayor, hoy felizmente difunto y perpetuada por sus lacayos herederos quienes la han perfeccionado logrando aliarse a todo el terrorismo Internacional entregando nuestras riquezas a cambio de protección . Mientras tanto, el resto del mundo está pendiente de lo que pasa, y las decisiones que se toman, es como si estuviéramos en una cuenta regresiva hacia un desenlace que puede cambiarlo todo.

Hace apenas diez días, el Departamento de Estado de los Estados Unidos informó algo que muchos venezolanos sabíamos pero que ahora tiene el peso de una declaración oficial: el llamado Cártel de los Soles, una estructura criminal vinculada directamente con las más altas esferas del poder en Venezuela, colabora activamente con organizaciones criminales transnacionales como el Cártel de Sinaloa (México) y el Tren de Aragua (Venezuela). Ambas han sido recientemente catalogadas como organizaciones terroristas por Washington.

La gravedad de esta designación no puede ser subestimada. Por primera vez, el gobierno estadounidense ha etiquetado a un entramado criminal dirigido desde el Palacio de Miraflores como organización terrorista. Y eso cambia por completo las reglas del juego. Esta clasificación no es simbólica: abre la puerta para que las agencias de inteligencia y operaciones especiales de EE. UU. actúen extraterritorialmente contra quienes sean considerados responsables, estén donde estén. Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López ya no son solo figuras del chavismo; son objetivos señalados en una lista que autoriza acciones quirúrgicas, incluso letales, si fuese necesario: o sea, ya tienen licencia para matarlos con ese estatus en cualquier parte del mundo como sucedió con Osama bin Laden, Qasem Soleimani ex ministro de la defensa Iraní.

La administración del presidente Donald Trump quien regresó a la Casa Blanca tras su victoria electoral, ha dejado claro que no permitirá que el régimen de Maduro siga exportando crimen, drogas y violencia a suelo estadounidense. En apenas siete meses de gobierno, ya se han producido acciones más contundentes que durante años completos de administraciones anteriores. Y aún faltan tres años y medio. Soy de los venezolanos que cree con mucho optimismo, que estos delincuentes no saldrán ilesos del juicio de la historia, ni del brazo largo de la justicia internacional.

Esta semana, la DEA (Administración de Control de Drogas de EE. UU.) reactivó la campaña de recompensas que ofrece hasta 25 millones de dólares por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro y de sus principales operadores: Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo y el general Vladimir Padrino López, figura clave en la permanencia del régimen gracias a su control militar.

Desde Escocia, durante una visita reciente, el presidente Trump fue aún más directo: acusó al régimen de Maduro de actuar de forma “cruel” y de seguir enviando drogas y migrantes irregulares hacia la frontera sur de los Estados Unidos. “Tenemos al régimen de Nicolás Maduro actuando de una manera muy desagradable. Están enviando y siguen enviando a nuestra frontera a personas que rechazamos. Venezuela sigue enviando drogas a nuestro país. Han sido muy crueles y no podemos permitir que eso suceda”, dijo el mandatario.

Pero no solo Trump ha sido enfático. El secretario de Estado, Marco Rubio, una de las voces más activas en la política estadounidense sobre Venezuela, reafirmó esta semana que Maduro no es el presidente legítimo del país y que su régimen carece de legalidad democrática. Estas palabras llegan en un momento clave, a un año de los comicios fraudulentos de 2024 y con un país en ruinas, sin Estado de derecho ni libertades políticas.

Todo esto no es poca cosa. No se trata de rumores, ni de declaraciones sueltas: estamos presenciando la consolidación de una narrativa y una política exterior que apunta a responsabilizar de forma directa y sin medias tintas, al régimen chavista por sus vínculos con el crimen organizado internacional y el terrorismo. Reflexionó desde la cárcel del exilio, los próximos meses serán claves, el mensaje de Estados Unidos parece claro: no se trata de si actuarán, sino de cuándo y cómo. Suceden además cosas repentinas y favorecedoras a nuestra causa como que la Sala de Apelaciones de la Corte Penal Internacional (CPI) ordenó este viernes pasado al fiscal Karim Khan que se aparte del caso sobre la situación de derechos humanos en Venezuela por posible conflicto de interés, en lo personal pienso que todo suma y aporta hacia un desenlace liberador para nuestra amada patria.

Tengo la firme convicción de que el final de esta historia se está acercando y que quienes hoy oprimen y saquean a Venezuela saldrán, más temprano que tarde, con los pies por delante. Hermanos venezolanos, el final está cerca. Confiemos en el proceso, el trabajo de todos cuenta, con constancia y sin perder el ánimo, vamos grano a grano, poco a poco con mucha fe acompaño esta cruzada atacandolos sin pausa, con MI PLUMA Y MI PALABRA.




José Gregorio Briceño Torrealba

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