Azotes por los cuatro costados imposibilitan al productor venezolano echar hacia adelante una finca o cualquier terreno con la finalidad primaria de obtener su sustento familiar y un poco más allá, la posibilidad de producir para el mercado local, regional o nacional. El huracán revolucionario no dejó paja sin levantar, escudriñó el mínimo detalle de un engranaje productivo, que si bien con fallas, producía para sostener la demanda en muchos rubros. Como ejemplo les recuerdo que Venezuela no importó productos de carne bovina hasta 2003-datos de estudio del USDA, Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, pero ya al aprobar en 2001 la nueva Ley de Tierras se comenzó a preparar al estado para acabar con cada uno de los elementos que permitían la producción alimentaria en nuestra patria.
En 2004 el galáctico hoy difunto le declaró la guerra al "latifundio" y se estrenó con un hecho emblemático en el año 2005, aquel "acuerdo" con el dueño de la hacienda La Marqueseña en su natal Sabaneta, Carlos Azpúrua, como el "método Chaz" por las letras iniciales de la palabra Chávez y Azpúrua a quien acusó de no haber podido demostrar que era el propietario de las tierras, dejandole 1.500 hectáreas para que continuara produciendo, mientras que otras 2.700 se entregarían a campesinos y en las restantes se construiría una empresa estatal de genética y producción de semilla. El huracán comunista dejó aquello azotado, desvalijado y sin productividad.
El criterio utilizado es que las tierras deben estar, a su juicio, improductivas, subutilizadas o con títulos de propiedad dudosos para entregarlos a campesinos pobres para que las trabajen. Con esa farsa justificaron los peores atropellos a productores agropecuarios. Su resentimiento era realmente la vara para medir a quién dejaron sin sus propiedades.
Entre 2006 y 2013 la catastrófica dupla de ministros de Agricultura y Tierras , Elías Jaua/Juan Carlos Loyo acabaron con la institución, implementando la famosa ley y sin mínimo conocimiento de lo que es la Producción Animal y Vegetal.
Aquellas palabras que frontalmente dijo la dirigente María Corina Machado al traidor Chávez: " expropiar es robar" fueron absolutamente apropiadas pues fueron dirigidas a un comunista lo que es igual a farsante, ladrón.
Al día de hoy todo ha ido peor, lo que estamos viendo y lo que se vislumbra en el horizonte si no salen estos narcocriminales del poder, deseo que Dios no lo permita, pero lo que se ve para mí país será peor que una hecatombe, así lo expreso por mi experiencia como productor y ganadero.
Antes de la estafa comunista ya en este mes de mayo todos los productores de cereales o de maíz y arroz estarían dándole el tercer pase de rastra a las hectáreas que hipotéticamente hubieran sembrado. La realidad hoy es que en todos los estados los productores de cereales están totalmente paralizados, no hay semillas, no hay el diesel o gasoil para mover la maquinaria, se comete una gran barbaridad jamás vista en la historia agrícola del país que previo a la temporada de siembra anuncian una regulación de precios e intervienen la industria más importante que compra los cereales del centro del país. Quien, con dos dedos de frente pudiera sembrar, cuando el gobierno le va a decir que les va a recibir la cosecha al precio que les dé la gana o en Petros la divisa fantasma de estos choros. Ningún campesino o productor sembrará con esas condiciones y aparte la gran inflación que tiene el país, tampoco hay divisas para la importación de esos rubros que se producían en el país, o sea, arroz, maíz, trigo, ya que la gran suplidora de las divisas del gobierno Venezolano como PDVSA está en ruinas. Al no haber maíz como se va a producir el cerdo, pollo y el huevo, no va a haber soya para el alimento concentrado para el ganado, por ende se acabaría la producción de leche. Súmele a esto el vandalismo y azote a los productores robándoles insumos y maquinarias .
Los productores de hortalizas también tienen otro caos, quien compraría un pote de semillas de tomate y cebolla en 250 dólares y si la compran importadas corren el riesgo que se las decomise la Policía o la Guardia Nacional.
En una perspectiva objetiva visualizo que en el país se está rompiendo la válvula y si para el mes de septiembre u octubre no se presenta alguno de los escenarios predecibles: o una explosión social por hambre, gasolina, un levantamiento militar de los mandos medios o la intervención física de fuerzas militares libertadoras integradas por la comunidad internacional, veríamos la peor hambruna y la condena a muerte a un alto porcentaje de la población venezolana. El pueblo sabe que no exagero, basta ver lo que sufre mi gente día a día mientras los capos de la banda criminal El Cártel de los Soles no paran de entregar nuestras riquezas a todos los socios y acreedores del terrorismo que implantaron en nuestro suelo.
Honremos la memoria de Franklin Brito y de tantos que han enfrentado a la tiranía sacrificando sus vidas, no olvidemos que estas lacras no harán nada por mejorar nuestra calidad de vida, nos quieren hambreados y sumisos, pero hagamos cada quien en su alcance lo posible por desterrarlos pues sabemos que esos 5 millones de hectáreas expropiadas y confiscadas que estaban productivas, hoy son rastrojos y montañas improductivas y para terminar de completar la guerrilla colombiana ya está ocupando cientos de fincas que los campesinos han abandonado en los estados fronterizos.
Desde la cárcel del exilio los animo a luchar por la única solución para salvar a Venezuela que es la expulsión de esos narcocriminales de cualquier manera del poder, la pelea es peleando sin tregua y con lo único que nos queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio "El Gato" Briceño Torrealba/Valeria Briceño
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