Tantas veces que hemos conversado y opinado sobre las matrices de opinión, la disociación informativa colectiva y todas las deformaciones, enmascaramientos, desfiguración de la realidad, que ya sabemos estas patrañas que el comunismo utiliza sistemáticamente y que es su política corporativa de comunicaciones, además de que en el caso de Venezuela el narcocomunismo ha perfeccionado a pesar de que sus voceros principales son lo peor de la especie humana, sin ética ni un ápice de interés por el pueblo venezolano.
Su único fin es beneficiarse a costa de entregar lo que sea que especialmente lo que no les pertenece, como nuestras instituciones, nuestra riqueza y nuestros bienes.
En ese plan de desinformación y confusión, los cerebros pervertidos del Chavismo comenzaron desde el año pasado con la gran campaña publicitaria de vender la imagen de que Venezuela se arregló y que el auge económico era increíble, que por arte de magia los integrantes del narcorégimen habían aprendido a gerenciar y revirtiendo repentinamente la destrucción y el retraso que más de 20 años de ataque a todo vestigio de eficiencia y progreso, la devastada Venezuela se pierde de vista en progreso y prosperidad. Eso sólo se los creyeron los coprófagos defensores de la narcotiranía, pero como siempre las mentiras tienen patas cortas.
Un excelente análisis de los integrantes del Centro de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, (Universidad Católica Andrés Bello), a Venezuela no la para nadie hacia el precipicio, los números del último mes son muy elocuentes y dolorosos, ya muestran una variación considerable de los principales indicadores. Según la organización Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la inflación mensual se ubica en 2,5%, la inflación acumulada llega a 71,8% y la inflación interanual alcanza 471%.
La fuerte depreciación del bolívar y la onda inflacionaria que se le vino al país encima entre noviembre y febrero secó el poder adquisitivo de la gente y mermó sensiblemente el consumo. Allí vale apuntar que el consumo ha sido la pieza fundamental de la recuperación. Consolidar un crecimiento para el año 2023 como el proyectado, meses atrás, luce a estas alturas prácticamente imposible.
Quién puede creer con un país destruido en casi toda su infraestructura y los servicios básicos hechos leña, aparte el desmantelamiento institucional tan descarado, entre ellos la grave inseguridad jurídica, unos malandros depravados comprometidos con el narcotrafico, el terrorismo internacional y solicitados por la justicia internacional, puedan hablar o inventar una narrativa de que sacaron a Venezuela del foso en el que la lanzaron.
Mi gente querida, estas lapidarias reflexiones desde la cárcel del exilio avaladas por estudios, estadisticas y la realidad que se vive más allá de los bodegones y las boutiques de los enchufados, siempre me llevan a la conclusión de que la única forma de rescatar a Venezuela es tumbandolos de cualquier forma, entregarlos a la justicia internacional y algunos de ellos con los pies hacia delante. Sin falso sentido de la justicia los denuncio cada segundo, sin pausa y con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
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