La embestida permanente de quienes usurpan el poder en mi país hacia los venezolanos, es traducida en ataques despiadados desde todos los flancos posibles. Su tarea, dictada por el manual Castrocomunista es destruir la posibilidad de que los gobernados tengan aspiraciones, planes, proyectos, el objetivo central es anular cualquier asomo de que las personas tengan la mínima intención de protestar, de enfrentarse, que su energía les dé escasamente para procurarse los insumos básicos para la vida y con todo y eso que les cueste lograrlo; así mantienen sometida a la mayoría. En este año fue peor su maltrato hacia nosotros, su odio fue superlativamente expresado pues con la pandemia aprovecharon para tenernos aún peor si es que se podía, jugando con un tema de salud tan importante a su antojo, cuando sienten algun ruido de que el pueblo se manifieste, declaran cuarentena radical y cuando están seguros de que la gente está suficientemente castigada por un rato, liberan la cuarentena para que la gente corra a buscar gasolina, comida y haga sus gestiones, de esta forma quién va a tener ánimos para otra cosa que no sea sobrevivir.
Paralelamente a toda esa fatalidad, hay venezolanos que están buscando la forma de escapar a esa catástrofe y cueste lo que les cueste procuran salir para brindar a su familia una vida digna y adecuada sin violaciones a sus derechos humanos. Se encuentran también para esto miles de obstáculos, pues salir de Venezuela es una tragedia más dentro de la tragedia ocasionada por la narcotiranía; eso es lo que hemos visto esta última semana como muestra de lo que sufren quienes se arriesgan a dejar el país. Van hasta el momento de cierre de esta nota, 29 víctimas se han encontrado ahogadas en las costas de Güiria, estado Sucre, desde donde el pueblo sigue huyendo despavorido del hambre y del estado forajido o delincuencial que han impuesto los narcobandoleros que usurpan el poder. Aún se investiga lo sucedido pues al parecer ya habían llegado a Trinidad y fueron devueltos o fueron atacados por autoridades de ese país. Dolor, impotencia es lo que vemos, es tan lacerante lo que siguen ocasionando esos bárbaros que no dudan para buscar en cada ocasión, siempre un culpable, menos ellos. No habían pasado unas horas del hallazgo cuando salieron acusar a las bandas delincuenciales de los hechos. ¿ Si fuera cierto, por qué siguen permitiendo que sigan operando? Ya perdimos la capacidad de asombro, son historias imaginables, ver familiares completas desesperadas con sus pequeños hijos abandonando su terruño por, tierra, mar y aire. Veíamos a los balseros cubanos y no nos imaginamos nunca que esa ideología del horror (narcocomunismo) se apoderaría de nuestra gran patria y ahora vemos con dolor como más de 180 balseros venezolanos han quedado en el intento de huir y han muerto ahogados. Mientras aparecían los cadáveres del naufragio de Güiria pudimos ver con rabia al extranjero, narcocriminal de Maduro dándose la gran vida en el hotel Humboldt en el Ávila y más dolor aún da que los cobardes, indignos y traidores militares sean capaces de seguir sosteniendo en el poder a la peor vergüenza y afrenta que tenemos los venezolanos como presidente, no tendrán perdón ante Dios y la historia. Además el pervertido del capo narcocriminal Diosdado Cabello achacando este tipo de tragedias de las víctimas fallecidas, a las sanciones que EEUU mantiene sobre las negociaciones fraudulentas del narcogobierno. Según él, la gente se quiere ir de Venezuela porque los gringos sancionaron a quienes negocien con ellos.
Ya finalizando uno de los peores años de la humanidad producto de la pandemia (virus chino) en el que hemos tenido pérdidas irreparables de vidas, seres queridos, familiares, amigos, vecinos y conocidos, no podemos perder la fe en Díos que superaremos está pandemia por el bien de la humanidad.
En estos ocho años que cumplí el pasado martes 16 en el exilio, se ha forjado aún más en mí la fuerza de voluntad para abrir frentes de denuncia contra la narcotiranía, aún persiste la impotencia, es dolorosa la pérdida de mis libertades, me agobia la lejanía de mis familiares y amigos, la soledad y la tristeza han templado aún más mi carácter y me dan la fortaleza para seguir, desde el destierro, luchando por mi patria. No niego que muchas veces siento un hondo dolor en el pecho por no poder estar en mi tierra amada, excluido, perseguido, amenazado, calumniado, traicionado e indefenso.
Siento nostalgia por los recuerdos y sueños robados no solo a mi, sino al país entero, lloro por esos muchachos que contra viento y marea huyen de la patria por el capricho y sed de riqueza de una banda de pillos narcotraficantes y aunque agradezco, profundamente al pueblo de Costa Rica y al Reino de España por la acogida que me han brindado no puedo dejar de añorar mi patria. Esa tierra alegre, fraterna y llena de ilusiones que los Carteles de la Droga se empeñan en desaparecer. Este exilio colectivo nos ha hecho comprender nuestra formación genético-cultural es de triunfadores, tenemos en medio de este holocausto a miles de venezolanos dando lo mejor de nosotros en todas la latitudes, cosechando éxitos, recibiendo premios, gritandole a todos que estamos hechos de coraje, de una casta que a pesar de las circunstancias adversas mostramos lo mejor de nosotros. Dondequiera que hay un reto hay un venezolano buscando ganarlo o al menos dejar en alto nuestro gentilicio.
Deseo que en esta Navidad, Dios ilumine los hogares venezolanos y traiga de retorno la paz y la democracia que nos robaron. Desde aquí, con todo mi amor, celebraré la llegada del nuevo año, honraré mis tradiciones con parrandas y aguinaldos y con especial sentimiento, acompañaré en mi corazón y mi alma a todos mis paisanos de mi amada Caicara en su ancestral Fiesta del Mono. Brindo por el regreso de la Venezuela cálida y fraterna que anhela una Patria Nueva.
Mi mayor agradecimiento a mis leales lectores y seguidores, de quienes me despido hasta finales del mes de enero del 2021, cuando seguiré dando la pelea y logrando fuerzas para luchar y aportar desde este necesario y resignado exilio con lo único que me queda MI PLUMA y MI PALABRA.
Felices fiestas de Navidad y Año Nuevo.!
Dios Bendiga a Venezuela!
José Gregorio "El Gato" Briceño Torrealba
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