Sigo insistiendo y cada vez más alarmado, sobre el peligro real que significa la estrategia invasora del Castrochavismo la cual, si hasta ahora no les parece real o importante, están siendo indiferentes a una situación que aunque mil veces advertida y para algunos desapercibida, terminará en un mal irreversible para el mundo entero, es el antes y después de la ocupación de toda América , penetración de todos los niveles de delincuencia, terrorismo y narcotráfico en una red criminal sin parangón. Sería y responsablemente lo digo pues hay suficientes pruebas, demasiadas diría yo para encender todas las luces rojas de la institucionalidad policial mundial. Esta gentuza que llegó al poder en Venezuela aleccionada, entrenada, por la crema y nata del resentimiento de los chulos Castro Ruz y exacerbada por la peste del chavismo, nos destruyó y construyó esta estructura violadora de toda legalidad.
No es casualidad, ni ficción lo que se ve en Estados Unidos de Norteamérica con las oleadas de migración venezolana que ha llegado a ese país violando fronteras y estamentos en los últimos 4 años, así como hay gente desesperada y necesitada de una vida más digna, allí va la penetración del bandidaje y está cubriendo todas las esferas de la vida de ciudades como Nueva York, Miami y otras . Marañas delictivas organizadas para crear caos, mientras otras más elitescas se van integrando en empresas, en instituciones, parece sicoterror, pero es una muy peligrosa realidad. Fueron enviados, nadie lo dude, financiados por el chavismo para estar ya dentro de la casa, dentro del imperio desmantelando de a gota la democracia. Sin temor a dudas, lo digo nuevamente, estamos ante delincuentes que no respetan limites ni orden alguno.
La incursión hecha ilegalmente por la narcotirania venezolana en territorio chileno para secuestrar a un digno oficial de las Fuerzas Armadas Nacionales, el teniente Ronald Ojeda Moreno, es una nueva muestra y a la vez advertencia de la práctica que se viene haciendo desde la época del intergalacto Hugo Chávez , hoy felizmente difunto, dirigida desde la policía política, DISIP hoy SEBIN y actualmente ampliada por funcionarios de las vergonzosas Fuerzas Armadas y por las bandas criminales que excarcelaron con la condición de que salieran del país para utilizarlos para expandir su proyecto político con maldad y terror.
La gravedad de incursionar en territorio de otro país por parte de policía o paramilitares venezolanos enviados por el régimen no les ha importado porque esa es la conducta de los criminales y de un estado fallido como el venezolano, han actuado en Panamá en la época de Hugo Chávez, en el año 2015 y 2018, yo mismo fui víctima en Costa Rica de dos intentos de secuestro por la policía venezolana que dirige y controla el capo internacional de Diosdado Cabello Rondòn, a través del general Gustavo Enrique González López, actual director del SEBIN quien también fue funcionario de confianza en la gobernación del estado Miranda cuando el capo fue gobernador. Quien comandó esos dos intentos fue el Comisario Carlos Calderón quien torturó y asesinó a los estudiantes en las manifestaciones del año 2014. Dios fue muy grande y Santo Domingo de Guzmán que me protegieron porque me alertó el Comisario Henry López Sisco que está radicado en Costa Rica y yo lo pude verificar con mis fuentes policiales venezolanas, se supo que contrataron varios taxis en el municipio de Escazu para seguirme los pasos y lograr capturarme y así pasarme por la frontera desguarnecida de Nicaragua, que tiene un gobierno de la misma calaña del venezolano.
Hoy en día estoy agradecido de los gobiernos democráticos de Costa Rica que me dieron refugio internacional ya que yo no tenia derecho a una cédula y mucho menos pasaporte dejándome en un limbo jurídico porque el gobierno venezolano me bloqueó en los sistemas del SAIME y quedé expatriado sin ningún tipo de documento de mi país.
Estuve siete (7) años en Costa Rica hasta que pude salir con todo la incertidumbre, hasta que llegue al Reino de España y pude lograr la nacionalidad, después de varios años de inestabilidad migratoria.
Lo sucedido en Chile aún está por aclararse en términos policiales y diplomáticos, saber si hubo complicidad, si salieron del país con el teniente por pasos clandestinos, toda una investigación como debe ser, pero nada de eso cambia el hecho de que estamos ante la peor banda de criminales, la legalidad les resbala, sus objetivos se logran como sea.
Desde la cárcel del exilio miro y vivo sufrimiento que hemos padecido durante muchos años millones de venezolanos en el exilio, que no concibo que se puedan perder las esperanzas de tumbar de cualquier forma a esa organización narcocriminal internacional que tiene secuestrada nuestra amada patria.
El trabajo de la denuncia no solo es acusar en nuestros escritos y reuniones, es actuar y advertir en cada instancia internacional que son un peligro en acción a lo largo y ancho del mundo.
Mi esfuerzo, mi lucha y mi empuje está enfocado en apoyar cualquier iniciativa que los arranque del poder.
Lo grito, lo sueño y lo digo con lo único que me queda MI PLUMA Y MI PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
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