Hasta las personas más incrédulas, escépticas y apáticas, muchas veces llevadas por el apabullamiento comercial, la llegada de familiares a compartir y todo un ambiente especial, hacen un alto en un momento a solas de las fiestas navideñas y de año nuevo para recapitular, reflexionar y revisar sus acciones y sucesos durante el año que está próximo a terminar. No nos escapamos de sacar las cuentas y en mi caso particular, de evaluar avances y retrocesos en el panorama de mi país amado, de revisar el repertorio de calamidades que inventa el narcochavismo para tenernos cada vez más sometidos, sus alianzas internas y externas, los avances en el camino espinoso hacia el fin de este yugo, la nueva independencia, luego de un año más de seguimiento y en la víspera de concluir el año 2023, los venezolanos no podemos perder las esperanzas de libertad, indistintamente de algunos fracasos y avances.
A mi modo de ver y a muy grosso modo, los grandes errores garrafales cometidos por nuestro gran aliado, el gobierno de los EE.UU al quitarle la sanción a uno de los sobrinos de Cilia Flores, directivo de PDVSA, Carlos Erik Malpica Flores, liberar a los narcosobrinos y levantar parte de las sanciones petroleras y gasíferas a cambio de futuras acciones. Incomprensible es como los gringos le "creen" o le siguen el juego a una organización narcocriminal internacional dirigida por los capos del régimen cubano, cuyos capos son solicitados, con pago de recompensas por ese mismo gobierno. Claro también influyó la postura de los aliados traidores que tiene el régimen en la oposición, nuevamente descubiertos cuando llamaron a votar en el referéndum consultivo.
Por otra parte igualmente a grandes rasgos, el evento más positivo de éste año fueron las elecciones primarias, que nos permitió desnudar con suficiente pruebas o evidencias a la "oposición" que teníamos, el insurgir un verdadero liderazgo con ética, coraje que representa en cualquier circunstancia esperanzas de libertad, criterios sin los que jamás podríamos lograr la libertad, ahora se vislumbran en el horizonte vientos de esperanza y cambio.
En la continuidad de recuentos, hoy 17 de diciembre cumplo once (11) años en el exilio, en esta coyuntura se ha forjado aún más en mí la fuerza de voluntad para abrir frentes de denuncia contra la narcotiranía, aún persiste la impotencia, es dolorosa la pérdida de mis libertades, me agobia la lejanía de mis familiares y amigos, la soledad y la tristeza han templado aún más mi carácter y me dan la fortaleza para seguir, desde el destierro, luchando por mi patria. No niego ni soy un cobarde para no expresarlo, que muchas veces siento un hondo dolor en el pecho por no poder estar en mi tierra amada, excluído, perseguido, amenazado, calumniado, indefenso y traicionado por algunos amigos y familiares.
Siento nostalgia por los recuerdos y sueños robados no solo a mi, sino al país entero, lloro por esos muchachos que contra viento y marea huyen de la patria por el capricho y sed de riqueza de una banda de pillos narcotraficantes. Agradezco profundamente al pueblo de Costa Rica y al Reino de España por la acogida que me han brindado, pero no puedo dejar de añorar a mi patria, esa tierra alegre, fraterna y llena de ilusiones que los Carteles de la Droga se empeñan en desaparecer. Este exilio colectivo nos ha hecho comprender nuestra formación genético-cultural que es de triunfadores, tenemos en medio de este holocausto a más de 8 millones de venezolanos dando lo mejor de nosotros en todas la latitudes, cosechando éxitos, recibiendo premios, gritándole a todos que estamos hechos de coraje, de una casta que a pesar de las circunstancias adversas mostramos lo mejor de nosotros. Dondequiera que hay un reto hay un venezolano buscando ganarlo o al menos dejar en alto nuestro gentilicio.
Desde la cárcel del exilio deseo que en esta Navidad, Dios ilumine los hogares venezolanos, les regale salud, más fortaleza y traiga de retorno la paz y la democracia que nos robaron. Visualizo muchos reencuentros, familias reuniéndose, aunque el daño está hecho, cuando ya hayamos desterrado a la peste revolucionaria heredera del traidor mayor, hoy felizmente difunto, veremos los campos produciendo, las fábricas encendiendo motores, los jóvenes esperanzados de poder formar sus familias en su terruño y acompañando a sus padres en la vejez, las universidades recibiendo a sus profesores y la recuperación urgente de la infraestructura esencial para dotar de servicios a cada hogar. Desde aquí, en este año especialmente duro para mí, pero con todo mi amor celebraré la llegada del nuevo año, honraré mis tradiciones con parrandas y aguinaldos y con especial sentimiento, acompañaré en mi corazón y mi alma a todos mis paisanos de mi amada Caicara en su ancestral Fiesta del Mono. Brindo por el regreso de la Venezuela cálida y fraterna que anhela una Patria Nueva.
Mi mayor agradecimiento a mis leales lectores y seguidores, también a las páginas web @la_patilla @elvenezolanonews.com de Miami, @diariototallof_ de España, @Punto_deCorte, de Caracas, de quienes me despido hasta finales del mes de enero 2024, cuando seguiré dando la pelea, recargado de fuerzas para luchar y aportar desde este necesario y resignado exilio.
En el nuevo año, de importancia crucial para nuestro pais los acompañaré nuevamente, siempre con la denuncia y el enfrentamiento contra los destructores de mi patria, sin pausa y con lo único que me queda MI PLUMA y MI PALABRA.
Felices fiestas de Navidad y un bienaventurado Año 2024 !
Dios Bendiga a Venezuela!
José Gregorio Briceño Torrealba
Twitter :@josegbricenot
Instagram: @josegbricenot2
Facebook :@josegbricenot2
gatobriceno.blogspot.com