Mis escritos tienen un objetivo principal, además de denunciar sin compasión todos los atropellos y ataques del narcochavismo como registro cronológico del desmantelamiento del estado venezolano y su aparato productivo, su composición socioeconómica y cada aspecto de nuestra destruida Venezuela, es dirigido a la juventud venezolana, a aquellos que viven en el país, tienen 20 años o menos y que nunca han vivido en libertad, que no saben la posibilidad de vivir sin carencias, de tener los básico, servicios, comida, seguridad en su comunidad, insumos y médicos en los hospitales por decir lo menos.
Los jóvenes que hoy rondan los 30 años al menos recuerdan una infancia en la que disfrutaron a la familia reunida, viajes a la playa, salidas los domingos, juegos en la cuadra y son a quienes en su mayoría les ha tocado la dura y triste realidad de dejar sus estudios, salir del país e iniciar nuevos caminos para lograr hacerse independientes. Más del 25% de la población está fuera del país, esa generación que está formando hogares ha parido a sus hijos lejos de sus lugares de origen por la necesidad de huirle a una banda de narcotraficantes, terroristas que secuestra el poder de nuestro país y se lo entrega a la mafia comunista cubana y a cuánto gobierno o cofradía mala conducta existe.
Por y para ellos denuncio y escribo, para recordar y resaltar todo lo que sucede, lo que fuimos y lo que quisiera rescatar y mejorar para que construyamos una patria digna plena de progreso, paz y ciudadanos orgullosos de disfrutar su terruño sin restricciones.
Por esa razón les refresco lo bueno que sucede más allá de nuestra frontera y les doy ánimos y esperanzas de que existe la libertad y que la democracia -buscando mejorarla siempre- es la vía para construir un mundo más justo.
El pasado domingo tres de abril se efectuó la segunda vuelta electoral en Costa Rica en elecciones presidenciales y dió nuevamente un gran ejemplo al mundo mostrando su talante absolutamente democrático al elegir el presidente número 49 en sana paz y armonía. Es importante destacar que Costa Rica es el único país del mundo que eliminó su ejército y cuyo presupuesto lo asignó en educación, o sea, no existe plan República como en Venezuela, en donde las Fuerzas Armadas "cuidan" y vigilan el desarrollo del proceso electoral. El mismo pueblo de forma cívica está atento de que todo marche correctamente .
La actuación del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) órgano electoral según la Constitución de Costa Rica, fue impecable. Es admirable la confianza que inspiran las instituciones públicas de ese, mi primer país de acogida, el cual me protegió y me otorgó refugio internacional.
Tratándose de un proceso totalmente manual con simples papeletas, los primeros resultados se dieron puntualmente a las 8:00 pm en completa tranquilidad y con la aceptación de los participantes, candidatos, partidos políticos, electores e instituciones.
En los días previos a a las elecciones, movilizaron a su militancia con grandes caravanas que se entrecruzaban unas con otras sin que se suscitara ningún evento que lamentar. Cada organización mantuvo su posición con altura, sin ofender ni atropellar a ninguna otra organización. Lo mismo ocurrió el día de la votación. Las organizaciones políticas colocaban un toldo (stand informativo y de activación) en la entrada de cada centro de votación, con 50 centímetros de separación entre unos y otros, sí 50 centímetros y sin embargo, el ambiente fue de absoluto respeto, camaradería y hermandad. Toda una demostración de civismo digna de replicar en la comunidad internacional.
Toda esa gran fiesta democrática me hizo recordar, con mucha nostalgia, la Venezuela de hace 30 años en la que las campañas electorales se hacían brindando proyectos de país, en una sana competencia con respeto partidista y sobre todo confianza en el, para ese entonces árbitro electoral, el Consejo Supremo Electoral (CSE). Recordé mi primera candidatura en 1992, cuando apenas tenía 26 años, lo hice sin necesidad de un partido político tradicional, bastó con un grupo de electores que fundé y presente mi proyecto político. Gané, enfrentandome a las viejas estructuras partidistas, con grandes recursos económicos, pero la voluntad popular se pudo expresar libremente y la autoridad electoral la pudo escuchar.
Gané la Alcaldía del amado pueblo que me vió nacer, Caicara de Maturín. Pueblo como casi todos los del Estado Monagas, que tenía 36 años ininterrumpidos gobernando el partido Acción Democrática pero fue reconocido mi triunfo con apenas 500 votos de diferencia. Eso sí que era un evento electoral democrático, libre y plural. Convirtiendome en el alcalde más joven de Latinoamérica.
Venezuela, gozó por mucho tiempo de prestigio internacional pues, a pesar de las deficiencias del sistema, se respetaban las reglas del juego y se hacía valer el derecho de elegir y ser elegido. Se respetaba la representación proporcional de las minorías y se daba acceso a pequeños grupos a incursionar en el mundo político.
Hoy puedo dar gracias a Dios y a mi familia por la acertada decisión de salir de mi país después de haber sufrido aquel horrible atentado en donde murieron dos personas, un guardaespalda y un sicario, el seis de febrero del año 2012, dos días después del derrame petrolero, la cual resistí 10 meses y diez días de inclemente, acoso, allanamientos sin orden judicial, persecución a todas las instituciones de la gobernación, porque pensaron que con dicha bestial persecución, saldría huyendo del país como cualquier cobarde, pero no se lo esperaron y les resistí hasta el último día de mi mandato y para dolor de mis detractores les recuerdo: SI HUBIERA TENIDO UN RABO DE PAJA DESPUÉS DE OCHO AÑOS DE MANDATO, ME HACEN PRESO IPSOFACTO Y NO ESPERARIAN QUE LOS DESAFIARA Y LOS DESENMASCARA ANTE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, NACIONALES E INTERNACIONALES COMO LO HICE EN ESOS 10 MESES, para el buen entendedor pocas palabras.
Es importante destacar que los garantes de la constitucionalidad
"FISCALIA Y EL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA BRILLARON POR SU AUSENCIA" y fueron tan descarados que hubo un sicario detenido por el atentado, que por cierto, su padre vivía a pocas casas de la mamá de Diosdado Cabello en la población de El Furrial y para el gobierno no fue atentado sino un evento fortuito, JUSTICIA REVOLUCIONARIA que llaman.
Recuerdos que desde la cárcel del exilio me llenan de mucha fe en Díos, recordar cada día la Venezuela que tuvimos y la que tenemos que volver a tener, solo ocupados de producir, criar a nuestra familia, y disfrutar de un país de hermandad, solidaridad y cultura popular.
No ceso en esta tarea, la he convertido en mi misión de vida, enfrentar al comunismo venga de donde venga, sin pausa y con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio "El Gato" Briceño Torrealba
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