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Ex-alcalde, Constituyentista, ex-diputado AN, y ex-gobernador del Estado Monagas. Luchador incansable por el rescate de la democracia en mi patria VENEZUELA.

sábado, 31 de mayo de 2025

ESCOMBROS INSTITUCIONALES- DERRUMBE DEL ESTADO 

     "Un comunista cuando habla, miente...

                              cuando calla, encubre...

                         cuando tiene poder, roba... 

                cuando pierde el poder destruye.

                    Así han construido su historia"

                                     Margareth Thatcher 



La decadencia del comunismo o como quieran llamar a esa bazofia que defienden los desadaptados, que no son otra cosa que ineptos buscando de quien aprovecharse, es inminente, ya nadie les cree.

Se queda corta la frase de la dama de hierro que encabeza este escrito, dice que cuando pierden el poder destruyen, pero la versión comunista venezolana está aderezada con más inmundicia como el narcotráfico, el terrorismo entre otros, roban, saquean y entregan las riquezas de todos sin compasión. No escatiman en sacar a manos llenas nuestro patrimonio para su beneficio para el pago de favores e ir fortaleciendo la red criminal que tiene en jaque a más de medio planeta.

Estos desperdicios humanos, herederos del traidor mayor, hoy felizmente difunto, aferrados al poder con uñas y dientes sin el más mínimo pudor han consumado, uno tras otro infinidad de fraudes en elecciones de todo nivel , incluyendo sus propias elecciones internas, las del criadero de sabandijas llamado PSUV, las cuales son manipuladas al extremo. Los puñales vuelan dentro de esas escabrosas sedes que por cierto también se prestan para la prostitución y el malandreo.

Aman hacerse pasar por demócratas, la verdad no entiendo por y para que, ya que sus garras y acciones los delatan a simple vista.

Luego de la muerte del nefasto peón del narcoimperio cubano, hace doce años, Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y su séquito de hampones, porque no merecen otro calificativo, han dilapidado no solo el capital político heredado de Hugo Chávez, sino también el poco pudor que les quedaba. Los 8.184.383 venezolanos que en 2012 votaron por el difunto "intergaláctico" lo hicieron bajo una esperanza manipulada pero esperanza al fin. Hoy en cambio, solo queda un país desmembrado, huérfano de instituciones y gobernado por una banda criminal con complejo de Estado. Aquel sueño de los "10 millones por el buche" quedó reducido a cenizas. Ni con chantaje, ni con cajas CLAP, ni con amenazas, ni con ventajismo, ni con el CNE como oficina electoral del PSUV, lograron superar ese mítico umbral. Ni siquiera pudieron administrarse un café sin que se les quemara el colador ¿Y cómo habrían de administrar un país, si el mismísimo Nicolás Maduro no había dirigido ni una cantina en su vida? Como decía la abuela, "mucho camisón para Petra". Y en este caso, Petra se tragó el país entero.                                                            Pero la destrucción económica y la represión política son solo la punta del iceberg. Detrás de la fachada de un "gobierno revolucionario" se esconde una oscura realidad: la narcotiranía. El régimen de Maduro ha transformado a Venezuela en un narcoestado, un centro neurálgico del crimen organizado donde el tráfico de drogas, la minería ilegal y la extorsión son la verdadera savia que alimenta a la élite gobernante. No es una teoría, es una realidad documentada por informes internacionales y denuncias de exfuncionarios. Las rutas de la droga que parten de Venezuela no solo atraviesan el continente, sino que se han convertido en la arteria principal que conecta a esta cúpula con el hampa transnacional. Cada cargamento, cada transacción, cada dólar manchado de sangre es una prueba irrefutable de que la patria de Bolívar ha sido secuestrada por una mafia disfrazada de gobierno. La soberanía venezolana ha sido vendida al mejor postor en el mercado negro global y sus ciudadanos, rehenes de una estructura criminal que ha penetrado cada fibra del poder.                                      No contentos con destruir la economía, también heredaron y perfeccionaron el arsenal represivo chavista: persecuciones, encarcelamientos, desapariciones y asesinatos políticos. El caso más infame, el del general Raúl Baduel, amigo y compadre del propio Chávez, quien murió preso por oponerse a la podredumbre que ellos llaman revolución. La lealtad en Miraflores, es un billete que siempre acaba rebotado. Desde 2013 hasta hoy, el chavismo ha perdido más de la mitad de sus votos y no precisamente por culpa del imperialismo ni del clima. El retroceso ha sido estructural, imparable y visible en cada elección. A falta de respaldo popular, solo les queda el miedo, la represión y el fraude descarado. Por eso, ahora buscan eliminar el voto directo y secreto para instaurar una elección de segundo grado al mejor estilo cubano: una dictadura con pretensiones de comuna y comunas sin ningún derecho.    La Cifra de la Decadencia: Más Allá de la Falsedad Oficial.                                    Veamos el derrumbe con cifras, porque los números no mienten (aunque el CNE sí lo haga):


 * 2012 (Presidencial, Chávez): 8.184.383 votos


 * 2013 (Presidencial, Maduro, cuestionada): 7.517.999 votos


 * 2015 (Asamblea Nacional): 5.599.025 votos


 * 2017 (Regionales): 5.688.551 votos


 * 2018 (Presidencial, cuestionada): 6.288.430 votos


 * 2020 (Asamblea Nacional, con alta abstención): 4.331.388 votos


 * 2021 (Municipales y regionales): 4.070.169 votos


 * 2024 (Presidencial): 3.316.142 votos


En 12 años han perdido más de 5 millones de votos y han obligado a casi 10 millones de venezolanos a huir del país. La única migración que celebran es la del voto. Ahora su último invento es la eliminación de alcaldías y gobernaciones para imponer comunas administradas desde Caracas, no por eficiencia, sino porque en la tiranía todo debe ser vertical, opaco y obediente.           Si logran quedarse en el poder hasta enero, nos espera el entierro definitivo del Estado federal y descentralizado. Pero no se engañen, no será una victoria: será el canto del cisne de una banda que ya ni disimula su decadencia. La imposición de las comunas no es más que un intento desesperado por pulverizar la poca institucionalidad que queda, centralizando aún más el poder en manos de una camarilla corrupta y criminal. Buscan crear mini-gobiernos obedientes, despojando a los ciudadanos de cualquier vestigio de autonomía local y perpetuando un sistema donde la obediencia al régimen es la única moneda de cambio. Este movimiento es la confirmación de que la narcotiranía no busca gobernar, sino controlar, someter y saquear sin contrapesos, solidificando un modelo de dominación que les permita seguir traficando con el futuro de Venezuela.                                                         Y aunque parezca una fantasía, estoy convencido de que más temprano que tarde, esta camarilla terminará visitando a Chávez en la quinta paila del infierno, con entrada de honor y sin posibilidad de redención. Imagino, desde la cárcel del exilio que quizás entre gritos y azufre, podrán seguir discutiendo cuál fue su verdadero legado: si el hambre, el exilio, los presos políticos, los hospitales destruidos o el haber convertido a la patria de Bolívar en una caricatura trágica de sí misma. La justicia internacional los espera y el peso de sus crímenes contra la humanidad es una carga que ninguna retórica revolucionaria podrá ocultar. La historia, implacable, les reservará un lugar infame y el pueblo venezolano, con su resiliencia, se encargará de recordar para siempre el costo de esta narcotiranía que osó desangrar a una nación.

Más destrucción creo que es imposible, ya tocamos fondo y corresponde surgir y dejar atrás la ignominia que nos marcará por el resto de nuestras vidas. No paremos de decirlo, de vociferarlo, NO al comunismo, lo grito día a día, sin pausa y con lo único que me queda MI PLUMA Y MI PALABRA 


José Gregorio Briceño Torrealba

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